Imaginen una gran planta industrial, en la que las máquinas ajustan su labor en tiempo real, en funcionalidad de los datos que se transmiten entre ellas.
Con el 5G, las modalidades del internet de las cosas son grandes: se calcula que en 2025 habrá 25.000 millones de aparatos conectados, y gracias en gran parte a la ia (inteligencia artificial) (IA), estarán capacitados para compartir información y actuar eficientemente en funcionalidad de esos datos. El entorno es más complejo, y los ataques pueden dirigirse a nuestra conectividad, a la identificación de las máquinas, buscando producir caos, o a la solidez y confidencialidad de los datos que se transmiten entre ellas, ampliando las posibilidades del ciberespionaje industrial.
De los estándares a las mejores prácticas
Partiendo de dicha base sólida de la ciberseguridad en el 5G, ¿cómo ordenar el ámbito más difícil para sacar todo el partido del IoT?
Tomando como base aquellos estándares con el propósito de proveer transparencia y a entablar la utilización de algoritmos, protocolos y arquitecturas confiables, compañías como Ericsson inventan en una siguiente etapa resoluciones de red con muchedumbre de recursos que tienen que ser diseñados de inicio a fin bajo estrictos procesos de desarrollo seguro.
La importancia del criterio humano
Patricia Díez, responsable mundial de Seguridad de Red, Plataformas IT y dispositivos de cliente en Telefónica, explica este problema con 2 ejemplos: una campaña especial de descuentos, como el Black Friday, o la puesta a la venta de las entradas de un monumental concierto. Miguel Ángel Recio, jefe de seguridad IoT/OT de Telefónica Tech, resalta que el criterio humano es muy importante en la aplicación de la Ia (inteligencia artificial) a la industria.
Fuente: elpais.com
